martes, 15 de noviembre de 2011

Crónica del Solemne Besamanos a Ntra. Sra. del Valle Coronada

Besos y caricias en las manos de la celestial Reina del amor.

Su presencia cercana y humilde fue el mayor regalo que la Madre del Valle Coronada quiso ofrecer a sus hijos tras haberle tributado el mayor de los honores que en la tierra se le puede ofrecer; por haber reforzado su fe, afianzado su devoción y proclamado su amor inefable en una aurea presea que cubre de maternal realeza sus sienes. Ante tantos corazones desbordantes de alegría descendía su mano cual arca de la alianza que por amor se ha sellado, guardando besos impregnados de oraciones, promesas o gracias mientras al rozar su clara tez asciende el alma hasta el cielo.

A lo largo del último fin de semana del pasado mes Octubre tenía lugar el Solemne Besamanos extraordinario a Ntra. Sra. del Valle Coronada con motivo de su Coronación Canónica. Infinitud de personas se acercaron a lo largo de amabas jornadas a las plantas de la que es Alcaldesa, Patrona, Reina y sobretodo Madre de esta noble ciudad, para sentir su cercana presencia y depositar en sus manos el amor de su fiel devoción.

La Stma. Virgen se situaba en el altar mayor de la Iglesia Parroquial sobre la peana de plata de sus andas de traslado, rodeada de cera y rosas blancas que componían el bello montaje dispuesto en este histórico culto. Ataviada al igual que para el día de su Coronación la Señora del Valle Coronada lucía su nueva saya y toca de salida, el manto de tisú blanco donado por el pueblo en 1964 y sobre sus sienes y la de su Stmo. Hijo las preseas de oro y diamantes que la semana anterior el Sr. Obispo de Huelva había ceñido sobre sus sienes, encontrándose a sus plantas el solideo que este entrego en recuerdo de aquel día.

Como si fuera Agosto, en sus manos se marcho este mes por la historia añorado en que se cumplió el sueño de la ciudad. Han pasado ya semanas desde entonces y hoy con algo de retraso, por lo que rogamos nos disculpen, publicamos la última crónica de esos intensos cultos. 

La ciudad asimila aun tantos momentos vividos y guarda para el recuerdo un Octubre de áureos reflejos, sentimiento y emociones, mientras tímidamente en sus ojos se vislumbra el día de la Pureza en que la ojiva vuelva enmarcar a Ntra. Sra. del Valle Coronada.

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