jueves, 30 de diciembre de 2010

Traslado a la Parroquia (I): Las calles engalanadas

A los jóvenes, porque en vosotros esta la fe de nuestros mayores


Flores, banderolas, pancartas, alfombras florales,. . . engalanaban las calles por las que nuestra Patrona fue trasladada a la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista.

La Palma amanecía vestida de gala, fruto del esfuerzo de una juventud unida bajo la atenta mirada de su madre del Valle. Juventud que ha trabajado noche y día para alzar sobre el cielo palmerino decenas de guirnaldas de flores, banderolas y pancartas, sacrificando en estas fechas tan entrañables el tiempo para estar con la familia y amigos en favor de su Patrona en torno a la cual forman una gran familia, una familia unida, sin distinciones, en la que todos y cada uno de su miembros aportan su grano de amor con el que contribuyen a enaltecer esta entrañable efeméride de la Coronación Canónica. Pero si hay algo que caracteriza a esta familia de jóvenes es que son jóvenes de Hermandad comprometidos con la Iglesia y que defienden y aman a María como Inmaculada Madre de Dios, y senda segura que conduce a Él. Por eso desde estas líneas oramos a la Santísima Virgen para que bajo el amparo de su atenta mirada guíe a los jóvenes por la senda segura del Valle y que en momentos de amargura, lágrimas o dolor sea socorro y auxilio en su vidas impregnándolas con el rocío de la fe para que encuentren a Dios en su quehacer diario.

A las puertas de la pequeña ojiva, en la Plaza de Nuestro Padre Jesús, el grupo joven de la Cofradía de la madruga ofreció a la Santísima Virgen una alfombra de pétalos en la que se encontraba el anagrama de María coronado y el lema "Volverás Coronada", a su vez lleno de eucalipto y romero el camino que seguiría la Virgen hacia la Calle Real, donde banderas verdes y flores en la misma tonalidad entre otras blancas formaban un techo artesanal que cobijo a la Señora. Junto a esta aromática alfombra una pancarta daba la bienvenida a la Señora aclamándola como " Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo".

En la recoleta calle General Ballesteros las guirnaldas de flores y banderas rojas recibían a la señora en un lugar que guarda buenos recuerdos para muchos jóvenes, ya que allí se han elaborado gran parte de los adornos que decoraban las calles, en el salón de una humilde y devota familia de nuestra Patrona, al calor de la chimenea entre el sonido de las coplas de campanilleros.

La calle San Sebastián se revistió de banderitas verdes, color de la Hermandad, y proclamo con tres pancartas alabanzas a su madre del Valle, en la primera se recogía el comienzo del poema de Dña. Mª Lourdes A. Morgado "En el principio fuiste Tu" el cual cita " Antes que fuera la Palma ya estabas Tú, Madre mía . . .", la segunda pancarta acogía la añeja letanía a Nuestra Señora del Valle " Regina Vallis, Salus Infirmorum, ora pro nobis" y en la última se sentenciaba "La Palma te corona, María Valle de amor". Junto a todas estas suplica y oraciones se encontraban el anagrama de María, las coronas de la coronación y el escudo de La Palma respectivamente.

La calle Virgen del Socorro quedaba techada por las mismas banderitas que su antecesora, siendo la antesala de una Plaza de España engalanada con banderas rojas y tirillas de flecos verdes las cuales llevaron a nuestra Patrona hacia el pórtico de la Iglesia Parroquial, con una enorme banderola de la coronación presidiendo la torre. El porche del templo parroquial fue especialmente engalanado por el grupo joven del cautivo con colgaduras y flores, además de una alfombra de pétalos y romero a los pies de los escalones que dan acceso a la puerta principal de la Parroquia, donde descansa ya la Señora del Valle.














































Fotos: José Mª Pichardo


miércoles, 29 de diciembre de 2010

Rosario de estandartes marianos


Compañerismo, humildad, hermanamiento, lealtad, sencillez… son solo algunos de los muchos adjetivos que podrían servir para describir la tarde del 12 de diciembre, tarde vallera, tarde dedicada a Nuestra Patrona.

Como se hizo oficial días antes, los simpecados y estandartes marianos estaban dispuestos encima del altar mayor en nuestra iglesia parroquial, preparados para comenzar el Santo Rosario presidiendo algunas calles del pueblo.

El acto estaba planeado para las 18:00 horas de la tarde y la hermandad patronal se presentó la primera para ir recibiendo a las demás, que fueron llegando poco a poco conforme iba pasando el tiempo.

Una vez encontrándose todas las hermandades reunidas en el interior de nuestra parroquia de San Juan Bautista, el presidente de la hermandad de Nuestra Señora del Valle, Guillermo López Toscano, se dirigió al altar para agradecer la presencia de todos los que se encontraban allí en esos momentos y a continuación fue nombrando una a una las hermandades según el orden acordado y cerrado en junta.

Con los más fieles devotos de Nuestra Madre del Valle expectantes sobre lo alto de la plaza de España, dio comienzo el Rosario, rezado por todos los que acompañaban el singular cortejo.
Una a una fueron recorriendo las calles indicadas oficialmente hasta llegar al Valle y reencontrarse de nuevo con su protectora y madre. Una madre que esperaba impaciente por ver a sus hijos regresar a su casa.

Conforme iban llegando los simpecados, proseguían a formar un elegante pasillo a lo largo del Valle para recibir por fin al de la hermandad de Nuestra Patrona.
El final del Rosario se rezó dentro del mismo donde las voces se aunaron fuertemente en torno a Nuestra Madre.

Una vez finalizado el rezo, se continuó orándole con cánticos una salve a la Reina del Valle para así finalizar el acto en donde los simpecados se fueron despidiendo de su Madre protectora uno a uno.

Una vez más, una tarde preciosa y demasiado corta en la que todos los presentes en el acto se sentían en un ambiente muy acogedor y reconfortante.















































Fotos: José Mª Pichardo