miércoles, 29 de diciembre de 2010

Rosario de estandartes marianos


Compañerismo, humildad, hermanamiento, lealtad, sencillez… son solo algunos de los muchos adjetivos que podrían servir para describir la tarde del 12 de diciembre, tarde vallera, tarde dedicada a Nuestra Patrona.

Como se hizo oficial días antes, los simpecados y estandartes marianos estaban dispuestos encima del altar mayor en nuestra iglesia parroquial, preparados para comenzar el Santo Rosario presidiendo algunas calles del pueblo.

El acto estaba planeado para las 18:00 horas de la tarde y la hermandad patronal se presentó la primera para ir recibiendo a las demás, que fueron llegando poco a poco conforme iba pasando el tiempo.

Una vez encontrándose todas las hermandades reunidas en el interior de nuestra parroquia de San Juan Bautista, el presidente de la hermandad de Nuestra Señora del Valle, Guillermo López Toscano, se dirigió al altar para agradecer la presencia de todos los que se encontraban allí en esos momentos y a continuación fue nombrando una a una las hermandades según el orden acordado y cerrado en junta.

Con los más fieles devotos de Nuestra Madre del Valle expectantes sobre lo alto de la plaza de España, dio comienzo el Rosario, rezado por todos los que acompañaban el singular cortejo.
Una a una fueron recorriendo las calles indicadas oficialmente hasta llegar al Valle y reencontrarse de nuevo con su protectora y madre. Una madre que esperaba impaciente por ver a sus hijos regresar a su casa.

Conforme iban llegando los simpecados, proseguían a formar un elegante pasillo a lo largo del Valle para recibir por fin al de la hermandad de Nuestra Patrona.
El final del Rosario se rezó dentro del mismo donde las voces se aunaron fuertemente en torno a Nuestra Madre.

Una vez finalizado el rezo, se continuó orándole con cánticos una salve a la Reina del Valle para así finalizar el acto en donde los simpecados se fueron despidiendo de su Madre protectora uno a uno.

Una vez más, una tarde preciosa y demasiado corta en la que todos los presentes en el acto se sentían en un ambiente muy acogedor y reconfortante.















































Fotos: José Mª Pichardo

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